Aunque a veces lo olvidemos, es el mismo Sol que evitamos el que nos da energía; es en la luz donde reside la esencia propia del Ántropo, porque, en el núcleo de lo que nos deprime está el hecho de que no refleja humanidad. Y entonces puedes ver que la verdadera alegría es sólo un reflejo de la humanidad que percibimos… es cuando vemos algo verdaderamente humano cuando nos sentimos alegres, y cuanto nos llenamos de éste apreciar, encontramos la Felicidad.
Pero la percepción de lo humano también tiene sus trastornos; de forma que no todos lo ven igual… Pero distinto o no, es otra manera de ver lo mismo y entonces…
¿Es igual Felicidad?
¿Es igual Humanidad?
¿Se puede considerar Incorrecto por el hecho de que rompa las leyes de la normalidad?
Así como las diferencias son necesaria esencia del ser humano, son las actitudes (parte de lo mismo) un libro abierto para conocer qué somos y por qué. Es como si a través de lo que hacemos, tratáramos de hacerle preguntar a nuestro contexto ¿por qué Actúa Así?. Y desde lo más profundo de nuestro corazón, deseamos que hallen esa respuesta.
Ahora que bien sabemos cómo diferenciar, debemos aprender el cómo unificar, darnos cuenta de qué y cómo partimos.
Y lo principal que compartimos los seres humanos es el Corazón (como reflejo de sentimientos), núcleo donde guardamos el infinito de potenciales que somos. Un centro de gran cuidado que puede ser tantas cosas que no puede ser objeto de juegos…
El corazón nos une, es el amor… él elimina diferencias.
EL OBJETO NO ES REMARCAR LAS DIFERENCIAS, SINO ENTENDERLAS, ACEPTARLAS Y USARLAS PARA EL BIEN COMÚN.
